¿Por qué en febrero incrementa rápido el calor? Las DANA’s, El Niño y La Niña generan grandes cambios meteorológicos
La circulación atmosférica va cambiando desde la segunda mitad del invierno, cuando calor tropical va ganando terreno, mientras el frío ártico sigue llegando periódicamente a nuestro país. Por un lado, esto genera tiempo severo donde las tormentas, granizo y hasta tornados se registran, pero resalta el dominio de un ambiente caluroso. ¿Qué tan normal es?
Las DANA’s, corriente en chorro y anticiclones
De forma local, es bien conocido “febrero loco y marzo otro poco”, refrán que hace alusión a las condiciones meteorológicas extremas que cada año se presentan, desde frío y nevadas, hasta calor y días soleados, junto con otros de tormentas y granizadas con tornados. Los frentes fríos, masas polares/árticas, DANA’s y Anticiclones favorecen estas variaciones.
Los vórtices fríos o Depresiones Aisladas de Niveles Altos cuyas circulaciones son en contra de las manecillas del reloj y ubicación típica al noroeste o norte de México, ocasiona un flujo del suroeste y sur en la mayor parte del país, principal factor en generar calor con ambiente seco.
México se encuentra en una latitud naturalmente tropical, es decir, bajo condiciones calurosas, aunque afortunadamente el frío nos llega; no es raro que en invierno aumenten las temperaturas, habiendo más calor desde febrero…
El viento se acelera con ráfagas fuertes, siendo más relevante si la corriente en chorro cruza, aumentando el viento y adoptando más intensidad si entra en fase los típicos anticiclones de febrero a mayo sobre los estados del centro-sur. Hasta aquí tenemos el engranaje clásico de los días calurosos en México.
El viento se acelera desde los estados del Pacífico hacia el Altiplano, sufriendo el primer calentamiento y, si es lo suficientemente fuerte y extenso, cruza la Sierra Madre Oriental hacia el Golfo de México teniendo un segundo y gran calentamiento, cuando buena parte de la Vertiente del Golfo puede superar los 40 °C. Esto es algo típico, pero puede ser más adverso todavía.
El Niño y La Niña en invierno/primavera
Como sabemos, “El Niño – Oscilación del Sur” en sus fases calidad de El Niño y fría de La Niña, alteran por completo las condiciones climatológicas típicas a nivel mundial: en años Niño resaltan las olas de calor y temperaturas récord, mientras La Niña significaría menos calor con sequías.
Específicamente en México, el claro ejemplo de este 2024-2025 es con La Niña donde favorece en invierno más días de calor y menor de frío, pero el frío puede ser extremo. Así lo hemos vivido con oleadas árticas de hasta -25 °C, nevadas y heladas, pero definitivamente el calor ha dominado; esto es gracias a La Niña, NO al calentamiento global ni cambio climático.
Para la primavera se mantiene generalmente un contraste de temperaturas entre calor tropical y frío ártico, generando frentes fríos activos con tormentas y granizadas alcanzando estados del centro, así como turbonadas que recorren de Coahuila hasta Veracruz, llegando eventualmente a la Sonda de Campeche. Esto ayuda a regular temperaturas, limitando que el calor sea muy prolongado.
Contrario con El Niño, el tiempo en invierno es de frío más suave y constante, ante efectos de nubosidad con lluvias y nevadas recurrentes; sin embargo, el calor rápido llega con intensidad antes de la primavera, dejando de ser regulado por disminución de frentes fríos, incrementándose los días secos y calientes por dominio de anticiclones.
¿Qué nos espera para los próximos días?
En términos generales, el calor dominará estos últimos días de enero, justo bajo la configuración mencionada en la que, una DANA se moverá sobre la frontera noroeste y norte desde Baja California hasta Coahuila, generando el flujo cálido del sur y limitando el paso de masas frías, mientras un anticiclón se posiciona en estados del sur.
Estas condiciones mayormente estables y calurosas pueden invertirse en los estados del norte, noreste, centro y oriente en la primera semana de febrero, cuando un frente frío con su masa polar recorrería, seguido de un pequeño vórtice (“mini DANA”) que induciría tormentas con granizo también en la mitad centro-oriental, además de descenso térmico.